

La sublevación militar y el estallido de la guerra
La Guerra Civil demostró la incapacidad de los españoles para construir un marco de convivencia social y política durante la II República. Desde la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, se estaba preparando un golpe de Estado contra la República.
Durante la primavera aumentaron las tensiones sociales y políticas. Sanjurjo era el líder de la sublevación, y Emilio Mola el organizador, conocido como " el Director". Mola le sustituye cuando Sanjurjo fallece en un accidente aéreo durante los primeros días (20 de julio).
Los sublevados tienen el apoyo militar de parte del ejército, y el civil de monárquicos, carlistas, la Falange y del empresario y contrabandista Juan March. Las instrucciones del golpe eran utilizar una gran violencia para evitar la resistencia del ejército y del Gobierno.
El Gobierno sospechaba, por lo que cambió de destino a varios militares, alejándoles de Madrid (Franco a Canarias, Mola a Navarra).
El golpe debía ser simultáneo en toda España el 18 de julio; sin embargo, los asesinatos de Castillo y Calvo-Sotelo provocaron que el 17 de julio se adelantara en Marruecos, Canarias y Baleares. Al día siguiente tuvo lugar el golpe en el resto de la península.

De izquierda a derecha, los generales Cavalcanti, Franco y Mola, en Burgos en 1936, durante la Guerra Civil.
No obstante, la acción conjunta de militares leales al Gobierno y organizaciones obreras, consiguieron controlar la rebelión en las grandes ciudades, excepto en Sevilla y Zaragoza, por lo que España quedo dividida en dos zonas:
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La República controlaba las zonas industriales y mineras, y las ciudades más importantes (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia). Retenían las reservas de oro del Banco de España, la mayoría de la población (14 millones frente a 11 millones en territorio nacional). Militarmente contaba con la mitad del ejército, la mayor parte de la Marina, la aviación y de los Guardias de Asalto, pero la mayoría de oficiales apoyaba al bando sublevado. Los soldados eran voluntarios obreros y campesinos organizados por el PSOE, la UGT y la FAI.
Políticamente contaba con el apoyo del PSOE, el PCE, la UGT, la CNT y republicanos de izquierdas.
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Los sublevados, llamados nacionales, dominaban las principales zonas agrarias con 11 millones de habitantes. Militarmente, contaban con el apoyo de las tropas de África (La Legión y los Regulares), la mayoría de los oficiales y la mayoría de la Guardia Civil; por otro lado, estaban las milicias de voluntarios carlistas (Requetés) y falangistas.
Políticamente tenían el apoyo de los monárquicos, los carlistas, la Falange y sectores de la CEDA y de la Iglesia.
Etapas del conflicto
Julio de 1936 - marzo de 1937
Esta etapa se centró en el intento de los sublevados por conquistar Madrid. La primera operación importante es el Paso del Estrecho por parte del Ejército de África dirigido por Franco, con el apoyo marítimo y aéreo de la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.
Desde Cádiz y Sevilla, avanzan por Andalucía occidental y Extremadura, y se dirigen hacia Toledo, donde estaba el coronel Moscardó.

Cartel con el lema "No pasarán" colocado en la calle Toledo, a escasos metros de la Plaza Mayor de Madrid.
Desde los primeros meses, en ambos bandos había fuertes represalias contra los enemigos políticos. Los nacionales buscaban obreros, socialistas y políticos de izquierdas; los republicanos buscaban curas, ricos y políticos de derechas.
Se forma un doble ataque sobre Madrid (Mola desde el norte y Franco desde el sur). La ciudad es defendida por una Junta de Defensa dirigida por e general Miaja, bajo el lema "No pasarán". Es fundamental el apoyo de las Brigadas Internacionales - voluntarios de diferentes países - en la resistencia de Madrid.
El Gobierno republicano se refugia en Valencia. La batalla de Madrid dura 5 meses, en la que destacan dos maniobras envolventes: la batalla del Jarama en febrero de 1937, y de Guadalajara en marzo de 1937. El bando nacional fracasa y se da cuenta que la guerra será más larga. Sin embargo, el cerco a Madrid durará hasta el fin de la guerra, focalizado en Moncloa y Ciudad Universitaria.
Abril de 1937 - noviembre de 1938
Al comienzo existía un equilibrio de fuerzas entre ambos bandos, que paulatinamente se va decantando hacia el lado sublevado.
Ante la imposibilidad de conquistar Madrid, los nacionales atacan el norte (Asturias, Santander y País Vasco), zona republicana aislada del resto. Su importancia residía en las minas y la industria.
En abril de 1937 se produce el bombardeo de Guernica que reflejó Picasso en su obra.
La República inicia dos ofensivas para aliviar la presión sobre el norte, pero fracasan en las batallas de Brunete en julio, y de Belchite en agosto. El norte cae en manos de los nacionales entre junio y octubre de ese año.
En diciembre, los republicanos inician la batalla de Teruel, con resultado incierto. En abril de 1938, los nacionales llegan a Vinaroz (Castellón), cortando la zona republicana aislando a Cataluña del resto.
Los republicanos tratan de tomar la iniciativa con la batalla del Ebro, desde julio a noviembre de 1938, para intentar unir las zonas republicanas. Es la batalla más larga y sangrienta de la guerra, con más de 100.000 muertos, resultando en la victoria de los sublevados.
Diciembre de 1938 - abril de 1939

Guernika (País Vasco) tras el bombardeo del bando nacional.
La suerte de la guerra se decidió en la batalla del Ebro, tras la que los sublevados lanzaron una ofensiva sobre Cataluña, conquistándola en enero de 1939. Medio millón de refugiados republicanos pasaron a Francia (Azaña y Negrín entre ellos).
Los republicanos no tenían capacidad de respuesta y surgieron disputas internas entre los que quieren rendirse y los que quieren resistir esperando a que estalle la II Guerra Mundial, sobre todo socialistas y comunistas. La República controlaba aún Madrid, Castilla-La Mancha, Levante y parte de Andalucía.
El general Casado da un golpe de Estado y rinde la República a Franco sin condiciones. El 1 de abril de 1939 termina la Guerra Civil Española.

La icónica fotografía de Robert Capa del miliciano cayendo resultó ser un montaje. Este tipo de imágenes servía como herramienta propagandística para apoyar al bando republicano.