

Antecedente: Revolución de 1905
En 1904, los rusos se enfrentaron a Japón por el control de Corea y Manchuria. En 1905, la flota rusa fue hundida en Port Arthur y el zar Nicolás II tuvo que firmar una paz desfavorable con los japoneses.
Las élites querían mantener la guerra, la burguesía quería democratizar el país y crear un Parlamento o Duma, legalizando los partidos políticos, mientras las clases populares comenzaron a protestar para lograr el reconocimiento de sus derechos.
El 22 de marzo de 1905, el pope - sacerdote de la iglesia ortodoxa - Georgi Gapon, dirigió una protesta compuesta principalmente por campesinos, mujeres y niños. Se dirigieron al Palacio de Invierno de San Petersburgo, que era la residencia del zar, para protestar contra la subida del precio del pan.
La respuesta oficial fue una dura represión en la que fallecieron cientos de manifestantes, conocida como Domingo Sangriento. Las protestas se extendieron por todos los territorios y culminaron en la revolución de 1905.

Durante ese año, proliferaron las huelgas y protestas en diferentes ámbitos:
- En junio de 1905, la tripulación del acorazado Potemkin se sublevó ante las órdenes de sus oficiales de bombardear la ciudad de Odessa. Su ejemplo fue imitado en otras unidades del Ejército.
- Los centros industriales adoptaron la forma de organización de sóviets; consistía en consejos de trabajadores con capacidad de decisión y organización.
La revolución fue liderada por el Sóviet de San Petersburgo, en el que destacó el revolucionario socialista León Trotsky.
Soldados a caballo esperan a los 200.000 manifestantes enfrente del Palacio de Invierno.
El zar se vio forzado a promulgar un decreto imperial, conocido como Manifiesto de Octubre., en el que se consideraban algunas de las propuestas de los revolucionarios (se reconocieron libertades civiles básicas, se concedió representatividad a la Duma, y sus integrantes serían elegidos por sufragio universal).
Sin embargo, los bolcheviques difundieron el Manifiesto de las finanzas, en el que denunciaban las concesiones del zar como una estrategia para apagar la revolución. El zar Nicolás II abolió el Manifiesto de Octubre e inició una conforntación abierta con los bolcheviques.
La Revolución. De febrero a octubre
Pese al fracaso final, el ensayo revolucionario de 1905 resultó decisivo para la formación de las fuerzas políticas claves en la revolución de 1917. Las derrotas en la I Guerra Mundial abrieron la oportunidad de debilitar el poder del zar e impulsar la revolución.
Pasado el triunfalismo inicial de las primeras semanas de la Gran Guerra, el ejército alemán venció en diversas ocasiones al Ejército ruso. A finales de 1916, las bajas rusas eran ya desproporcionadas. Además, se repitieron algunos de los problemas de la guerra contra Japón en 1905, como la falta de abastecimiento y el carácter anticuado de la tecnología militar. Por otro lado, la propaganda bolchevique a favor de la retirada de la guerra hizo estragos sobre unas tropas rusas hambrientas y desmoralizadas; las deserciones se produjeron en masa.
La Revolución de Febrero
Las huelgas y protestas de 1905 se repitieron en febrero de 1917:

Soldados soviéticos en el frente. A medida que la guerra avanzaba, fueron aumentando el número de deserciones.
- La situación en Petrogrado (San Petersburgo hasta 1914) escapaba al control del zar, pues la huelga general convocada por los obreros terminó siendo apoyada por los soldados.
- Se extendieron los sóviets obreros, a los que se unieron las asambleas de soldados. La Duma, controlada por los liberales y los mencheviques, estableció un Gobierno provisional presisido por el príncipe Lvov.
-Ante la presión del Sóviet de Petrogrado y del Gobierno provisional, y ante la pérdida del control del Ejército, el zar Nicolás II abdicó.
-Sóviet y Duma acordaron que el presidente del Gobierno sería Kerensky.
El Gobierno de Kerensky quería continuar la guerra, lo que le hizo perder influencia. Lenin promulgó entonces sus Tesis de abril, bajo el lema "paz, pan y tierra".
El enfrentamiento entre sóviets y Gobierno inició la persecución de los líderes bolcheviques. Kerensky nombro al general zarista Kornilov jefe del Ejército, para intentar sofocar la sublevación del Sóviet de Petrogrado, pero éste intentó un golpe de Estado para restaurar al zar.
La movilización de los obreros y los soldados bolcheviques fue fundamental para frenar el golpe. Trotsky, nuevo presidente del Sóviet de Petrogrado, formó el Comité Revolucionario Militar del Sóviet. Mientras, Lenin regresaba clandestinamente de su exilio en Finlandia, donde había huido tras fracasar el intento revolucionaria de julio.
La Revolución de Octubre
Lenin, al llegar al poder, lanzó la proclama de "todo el poder para los sóviets". Para el bolchevismo, la revolución debía pasar a una nueva fase, la de la toma del poder. Se presentaron como defensores de la revolución frente al golpe de Kornilov, como los únicos capaces de satisfacer las aspiraciones populares, frente a la traición del Gobierno provisional.
El 25 de octubre (7 de noviembre en el calendario occidental), las tropas bolcheviques ocuparon Petrogrado y Kerensky se vio obligado a huir. Con ayuda del acorazado Aurora, los bolcheviques tomaron el Palacio de Invierno, sede del Gobierno provisional. Al día siguiente, se presentó el Gobierno de los sóviets, presidido por Lenin, que dictó las primeras medidas revolucionarias.
El abandono de la guerra

Lenin, cuyo verdadero nombre era Vladimir Ilich Ulianov, dedicó su vida a la revolución tras la muerte de su hermano al atentar contra el zar Alejandro III.
Desde los inicios, los bolcheviques consideraban que la Gran Guerra era el fruto de los intereses enfrentados de los países capitalistas. Una vez en el poder, Lenin sabía las repercusiones internacionales de una salida de Rusia de la guerra, pero se mantuvo firme en su promesa.

León Trotsky (1789 - 1940) creó junto a Lenin el Partido Obrero Social-demócrata de Rusia.
El encargado de negociar la paz fue Trotsky, como Comisario de Relaciones Internacionales. Las negociaciones se iniciaron el 22 de diciembre en Brest-Litovsk, ciudad que dio nombre al tratado por el que Rusia selló la paz definitiva con Alemania en marzo de 1918.
A cambio, los rusos asumieron graves pérdidas territoriales: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Ucrania, Polonia, Besarabia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán fueron declaradas independientes.
El problema de las nacionalidades
Durante los primeros años de la revolución, Rusia pasó a organizarse como un Estado socialista que reconocía el derecho de autodeterminación; el encargado de esta política fue Stalin, quien en 1924 sucederá a Lenin.
Para Lenin lo esencial era asegurar el triunfo de la revolución, pues estaba convencido de que tras su consolidación en Rusia se ectendería por toda Europa, para alcanzar la máxima aspiración del marxismo, la unión internacional del proletariado.
La vocación internacional del socialismo inicial determinó la formación de un Estado federal de repúblicas soviéticas, según lo establecido por la Constitución de 1918.
Tras el fracaso de la revolución en Europa y el estallido de la guerra civil en Rusia, esta política de apertura hacia las nacionalidades tocó a su fin, sobre todo con Stalin en el poder, cuya doctrina del socialismo en un solo país hizo caer a la mayor parte de las repúblicas de nuevo en la órbita centralista rusa.